Por ROGELIO RODRÍGUEZ MENDOZA.
PAZ TAMAULIPECA.- Entre más se recrudece la violencia atroz en diversas entidades del país, como Sinaloa, Guerrero, Guanajuato, Chiapas y Oaxaca, entre otras, más se visibiliza la tranquilidad que se vive en Tamaulipas.
Es en estos momentos cuando los tamaulipecos nos damos cuenta de lo valioso que resulta estar muy lejos de esos escenarios de masacres, narco- balaceras, secuestros, extorsiones y otro catálogo de delitos, que ya vivimos en la década del 2010.
Resulta de un altísimo valor la posibilidad de poder viajar por carretera sin el miedo a ser asaltados o “levantados”, o de no tener ese temor intenso cada que nuestros hijos salen a alguna fiesta o convivio.
Ojalá que, como hasta ahora, el gobierno estatal que encabeza, Américo Villarreal Anaya, siga manteniendo a raya esa inseguridad que para muchos mexicanos está siendo toda una pesadilla.
Tamaulipas suma ya al menos ocho años fuera de ese escenario de narco-terror, lo cual hay que aplaudir. Ojalá siga sumando años a esa pacificación.
Desde luego que hay inseguridad. Sería absurdo negarlo, como igual de absurdo sería aspirar a tener tasa cero en delitos.
El problema es cuando esa inseguridad rebasa a las autoridades. Eso es lo que no queremos.
LA MISMA PROMESA.-El sistema de salud pública sigue estando muy lejos del paraíso que nos han ofrecido los gobiernos. Esa es una realidad visible para todos.
Son tantas las carencias en los hospitales que en algunos de plano no existen ni medicamentos, ni los insumos más elementales para atender a los pacientes, lo cual se traduce en una atención médica de ínfima calidad.
“Ni curitas, tienen”, cuentan los enfermos, con mezcla de ironía y sarcasmo.
El tema surge obligado ante la promesa de la presidenta, Claudia Sheinbaum, de que su gobierno creará un sistema de salud, “que garantizará calidad en sus servicios”.
Ojalá que, esta vez el ofrecimiento presidencial se materialice y no vaya a quedar en una simple frase discursiva, como sucedió con el gobierno de, Andrés Manuel López Obrador, que nos dejó esperando un sistema salud, “mejor que el de Dinamarca”.
Nuestros gobernantes siguen sin entender que, como en todo, hay prioridades, y una de las prioridades para los mexicanos en general y para los tamaulipecos en particular, es un servicio de salud de calidad.
¿Es tan difícil de entender eso?
ITAIT, LA CONDENA.-Igual que ocurrirá con el INAI, la suerte del Instituto de Transparencia , Acceso a la Información y Protección de Datos Personales , (Itait) está echada.
Resulta inevitable la desaparición de todos los órganos autónomos, como parte de la política del gobierno federal. La condena está dictada.
Sin embargo, contrario a la gran pedida que representará para la sociedad la extinción del órgano garante de la transparencia en el ámbito nacional, en Tamaulipas el daño que ocasionará la desaparición del Itait será menor.
Es así porque, la realidad de las cosas es que el Itait ha sido, desde siempre, un simple entre burocrático más, que para nada cumple con las tares encomendadas.
El millonario presupuesto que ejerce el Itait, se gasta, principalmente en el pago de los abultados sueldos y viáticos de los comisionados, y en la impartición de cursos que no se traducen en ningún beneficio social.
Por eso hay quienes consideramos que poco o nada se perderá con la extinción del Itait.
¿O usted si lo extrañara?
ASÍ ANDAN LAS COSAS