Por Rogelio Rodríguez Mendoza.
El Congreso del Estado revisará una iniciativa de decreto que propone penalizar el delito de acecho, conocido popularmente como “stalkeo”, el cual sería castigado con penas de seis meses a dos años de prisión.
La acción legislativa fue presentada, este lunes, por la diputada de Morena, Guillermina Magaly Deandar Robinson, quien advirtió de la urgencia de tipificar dicha conducta porque por lo general las víctimas son mujeres y es la antesala de delitos como el feminicidio, trata de personas y desaparición.
La acción legislativa adicionaría el artículo 276 Octies al Código Penal de Tamaulipas en el que se establecerá que: “Comete el delito de acecho, el que siga, vigile o se comunique persistentemente con alguien en contra de su voluntad, atentando contra su seguridad, libertad e intimidad. Es un patrón de atención repetida y no deseada, acoso no sexual, contacto o cualquier otra conducta dirigida a una persona específica que causaría que una persona razonable sienta miedo o temor”.
La conducta deberá ser reiterada, al menos en dos ocasiones, y deberá alterar la vida normal de la víctima, a tal grado que esta, por el temor, angustia, intranquilidad o zozobra que le provoque, se vea obligada a cambiar su itinerario normal, hábitos, costumbres, número de teléono, correo electrónico, perfiles de redes sociales, su lugar de residencia o de trabajo.
El delito se perseguirá por querella.
En el artículo 276 Decies se establecen 14 conductas que agravarán la pena para el delito, incrementandola hasta en una mitad los mínimos y máximos.
Algunas de esas conductas son: que el agresor ingrese al domicilio de la víctima; se cause grave daño físico o psicológico a la víctima; y que se utilice un arma para cometer la conducta aun cuando no se cause daño físico.
Deandar Robinson dijo que la reforma es necesaria para dejar de normalizar esta modalidad de violencia que deja secuelas psicológicas muy severas en las víctimas, porque viven constantemente con con angustia, temor y estrés.
“Si bien no deja marcas físicas, el daño emocional provocado es de consecuencias brutales, por eso se le conoce como un delito silencioso” indicó.