La amistad de Diana Nyad y Bonnie Stoll reflejada en la película Nyad, empapó a sus estrellas Annette Bening y Jodie Foster, que sin ser amigas antes, formaron un fuerte lazo al filmar la cinta, disponible en Netflix.
El filme, dirigido por Jimmy Chin y Elizabeth Chai Vasarhelyi, narra la historia de la vida real de Nyad (Bening) que pasados sus 60 años de edad se da a la misión de nadar desde Cuba a Estados Unidos (al estado de Florida), apoyada por Stoll (Foster) que se convierte en su entrenadora.
«Me dijeron que le iban a pedir a Jodie hacer la película y pensé ‘no la va a hacer’. Ella podría querer ser Diana. Y luego fue a mi casa. Nos conocíamos, pero no eramos amigas, e hicimos ‘click’ y mi objetivo era que la hiciera, ya que yo sé que ella es siempre la persona más inteligente en cualquier lugar, y tiene mas experiencia que nadie y es una muy buena directora, por lo que sabía que era todo en un paquete, por lo que intenté ser amable y tan encantadora como pude», recuerda Bening en conferencia virtual desde Los Ángeles.
Foster ya conocía la inspiradora historia, ya que socialmente había tenido contacto múltiples veces con las verdaderas Nyad y Stoll «Yo conocía a Diana y a Bonnie de fiestas de Navidad en casas de amigos en común donde me las topaba, y las amaba y pensé que eran grandes personajes. Esa fue mi primera conexión, conocerlas en persona. Bonnie es todo un personaje, la adoro y es la razón por la que estoy aquí, pero luego la mas importante fue que Annette Bening iba a hacer la película», explica Foster.
La actriz ya ha ganado dos premios Óscar, por Acusados y El Silencio de los Inocentes, y Bening ha estado cerca de ganarlo con cuatro nominaciones en su haber (The Grifters, Belleza Americana, Being Julia y Los Niños Están Bien) El fuerte lazo de Nyad con Stoll ha hecho que la película conecte con la audiencia y que las actuaciones de sus estrellas suenen fuerte para la temporada de premios.
«Vienen en paquete (Nyad y Stoll), y eso es algo lindo de la película, dos mujeres de 60 años que nunca tuvieron hijos, que fueron amantes en un principio, pero amigas por siempre. Y sin esa relación y amistad no hubieran podido lograr lo que hicieron, sin estar a un lado una de la otra. Se complementan y es hermoso», agrega Foster.
Para rodar la cinta, Bening tuvo que entrenar arduamente para poder hacer sus escenas de nado, y la dura experiencia de rodaje hizo que conectara con Foster.
«Jodie y yo nos hicimos amigas y seguimos siéndolo. La manera en que se camina por la vida es con las amistades. Sí, tenemos nuestras parejas y nuestros hijos, nuestros seres queridos, pero hay algo de la amistad que es tan poderosa que es parte de esta historia y no es fácil de dramatizar y en el contexto del nado es como la manera perfecta de porque nos necesitamos unos a otros, lo que hacemos por los demás», agrega Bening.
La amistad entre las estrellas fluyó de manera orgánica, unidas también por su amor a los perros.
Ambas trataron a Nyad y a Stoll durante su preparación e incluso la nadadora le confió cosas privadas a Bening para que entendiera mejor el personaje.
Foster considera que se parece muy poco a Stoll, ya que contrario a la actriz, ella no puede estar quieta.
Lo que resaltan de Nyad es que exista un lugar para este tipo de películas.
«Una de las cosas que hemos ganado al momento de contar historias es que ya no tenemos que interpretar estereotipos. No tenemos que ser una idea de una mujer o una idea de una madre, o una mujer en sus 60 o una abuela o una mujer en sus 20. Quitemos todo eso y hablemos de personas en específico y ella es una persona extraordinaria y también Bonnie», afirma Bening.
La historia, según Foster es sobre reinventarse en cuerpo y mente y eso hace que pueda llegar a mucha gente distinta, ya que de acuerdo a Bening, puede inspirar a todo tipo de público.
«No es sólo para mujeres jóvenes, es para hombres jóvenes, para gente de la mediana edad, para mujeres, para hombres, como toda gran historia de deportes va más allá del género y la edad, ya que eso es lo más ‘cool’ de Diana, que decidió hacerlo a los 60 cuando era raro y poco usual. Pero lo que ella dice es que no lo hubiera podido hacer en sus 20, ya que no tenía la mente que tiene ahora», cuenta Bening.