La situación de la prensa en Brasil volvió a la normalidad tras la época de «violencia intensificada» contra periodistas durante el Gobierno de Jair Bolsonaro (2019-2022), según el informe preliminar de la SIP que debe ser aprobado este domingo por la Comisión de Libertad de Prensa en la Asamblea.
El punto culminante de la violencia del bolsonarismo contra la prensa, señala el informe, fue el ataque de miles de radicales contra las sedes de los tres poderes en Brasilia, el 8 de enero de 2023.
Ese día, los extremistas, que pretendían instigar un golpe de Estado, agredieron a numerosos periodistas, rompieron o robaron cámaras o les obligaron a borrar sus imágenes.
El informe de la SIP señala que ahora, bajo el Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, se ha regresado a la situación previa a la época de Bolsonaro.
No obstante, subraya que persisten prácticas de desacreditación e intimidación a través de las redes sociales y otras plataformas en contra de profesionales de la prensa, en particular contra mujeres periodistas.
También se han registrado varios casos de agresiones, que «siguen revelando falta de preparación y autoritarismo por parte de gobiernos, policías y figuras públicas».
Uno de los casos citados por la SIP fue la agresión contra una periodista brasileña, en el palacio de la Cancillería brasileña durante la cumbre suramericana celebrada el pasado 30 de mayo.
La SIP también muestra su preocupación por un fallo del Tribunal Supremo Federal (STF) que el pasado agosto dictaminó que los medios de comunicación pueden ser responsables de difamación, calumnia o injurias pronunciadas por un entrevistado.
Ese fallo «podría llevar a un aumento de la autocensura y a una mayor restricción en la difusión de contenidos de interés público».