Por Redacción Noticentro.
El combate al tráfico de armas de fuego procedente de Estados Unidos ha sido muy laxa, lo que genera más violencia en el país, advirtió la organización no gubernamental, “México Evalúa”, al señalar que en los tres últimos años el número de asesinatos a balazos aumentó en un 128%.
“La frontera norte de nuestro país es porosa. Aunque se hacen minuciosas revisiones a los cargamentos y a los individuos cuando van de camino al norte, cuando van de norte a sur los controles son tremendamente laxos” señaló.
El problema es tan grave que se estima que cada año ingresan al país, ilícitamente, alrededor de 231 mil armas de fuego.
La ONG refirió que la debilidad con que el Gobierno mexicano combate el contrabando ilegal de armas, ha agravado la situación de violencia delincuencial en el país porque muchas de ellas terminan en manos de organizaciones criminales.
Como ejemplo de ello, señaló que los delitos perpetrados con armas de fuego en México se incrementaron de manera importante en los últimos tres años.
El número de personas asesinadas con este tipo de armas pasó de 10,464 en 2015 a 23,873 en 2018, lo que implica un crecimiento de 128% en apenas 36 meses.
Por otra parte, mientras que a finales de 2012 el 53% de los homicidios dolosos fue cometido con armas de fuego, en 2018 esta cifra aumentó a 70%.
“Esto es aún más dramático si consideramos que en 1997 los homicidios dolosos por arma de fuego representaban tan sólo el 15% de todos los asesinatos. El cómputo final: hoy, siete de cada 10 asesinatos son cometidos con armas de fuego; en 2012 eran cinco de cada 10” mencionó.
Reconoció que el hecho de que en Estados Unidos sea legal la portación de armas de fuego y que la venta y comercialización de las mismas sea un negocio altamente lucrativo, complica el tráfico hacia México y hace imposible una agenda bilateral para atacar el problema.
Además, el contrabando de armas es del tipo hormiga, a través de individuos que las transportan.
En conclusión, “México Evalúa” señaló la necesidad de desarrollar e implementar estrategias de prevención que atiendan las causas del problema.
Propuso cinco medidas para atacar el problema: actualizar la legislación para cumplir con el Tratado sobre el Comercio de Armas; crear una agencia mexicana de control de armas de fuego y municiones; implementar mecanismos de control, rastreo e investigación; operar sistemas de detección temprana; y, tras la creación de la policía fronteriza, emplearla para detener el flujo de armas de fuego y municiones hacia México.