POR: ALEJANDRO GOVEA TORRES
La imposición de Rosario Piedra Ibarra como titular de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) no sólo confirma la versión de que el expresidente López Obrador sigue mandando en México, sino también resulta grotesco que los legisladores de Morena y sus aliados en el Congreso de la Unión se hayan conducido nuevamente como viles súbditos al escoger a la peor de las aspirantes para este cargo sólo por complacer al político tabasqueño.
La designación de la señora Piedra Ibarra para que esté al frente de la CNDH otros cinco años deja mal parada a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, ya que ella nominó a Nashieli Ramírez Hernández, quien se desempeña en la actualidad como presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México.
Si bien es cierto que el dirigente de la fracción de Morena en el Senado, Adán Augusto López Hernández impulsó la inclusión de la señora Piedra Ibarra para que fuera incluida en la terna para elegir a la presidenta de la CNDH del 2024 al 2029, no se puede dejar de soslayar que sólo fue en mensajero de la orden del expresidente López Obrador.
Incluso, la propia señora Piedra Ibarra reconoció que en caso de permanecer al frente de la CNDH, como sucedió por la mayoría de Morena y sus aliados en el Congreso de la Unión, sería porque el político tabasqueño había dado la instrucción de apoyarla.
Y hablando de López Obrador, ayer cumplió 71 años de edad por lo que la mayoría de la clase política de Morena le envío sus felicitaciones, como fue el caso del alcalde de Altamira, Armando Martínez Manríquez, entre otros.
Incluso, ayer el gobernador Américo Villarreal Anaya, luego de encabezar la ceremonia de la colocación de la primera piedra de la planta potabilizadora de la segunda línea del acueducto en el ejido Jacinto Canek del municipio de Casas, aseveró que el expresidente López Obrador apoyo esta obra que servirá para garantizar el abasto de agua potable para Ciudad Victoria.
En contraste, el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar a manera de despedida declaró en conferencia de prensa que el programa de seguridad de López Obrador conocido como “Abrazos, no balazos” fue un rotundo fracaso porque elevó el nivel de inseguridad en el país.
También reveló que el político tabasqueño nunca quiso aceptar el apoyo de Estados Unidos para mejorar la seguridad en el país, puesto que rechazó cerca de 32 millones de dólares que se le ofreció para dotar a las policías de equipo y capacitar a sus elementos.
El todavía embajador Ken Salazar no dejó pasar la oportunidad para responder a la acusación que hizo López Obrador en contra de Estados Unidos antes de dejar la presidencia de la república, ya que el tabasqueño culpó a nuestros vecinos del norte de la violencia que se registra en Sinaloa desde la entrega que hizo Joaquín Guzmán López, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera de Ismael “El Mayo Zambada García a las autoridades estadounidenses.
Ken Salazar dijo en forma textual: “que echarle la culpa a otros, echarle la culpa a Estados Unidos, eso no es lo que se requiere para llegar a la seguridad”.
De regreso a la imposición de la señora Piedra Ibarra como presidenta de la CNDH, no sólo confirma la versión de que López Obrador sigue mandando en México, sino también que los legisladores de Morena y sus aliados siguen siendo súbditos del político tabasqueño en perjuicio de la autoridad que tiene la presidenta Sheinbaum Pardo.
No fue gratuito que ella haya declarado que la designación de la señora Piedra Ibarra era una atribución del Senado de la República, en donde el coordinador de la fracción de Morena, el tabasqueño López Hernández simplemente obedeció la instrucción de su paisano.
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