CIUDAD DE MEXICO.
Ha transcurrido un mes desde la partida de Diego Armando Maradona. Su ausencia y el vacío que dejó no se han hecho menores, por el contrario, parece que su leyenda crece con el paso de los días. Un ídolo que terminó encapsulado en su propio mito, que vivió recluido intentando cada día hacer honor a su legado.
Básicamente, Diego vivía en pandemia, como estamos nosotros ahora, que estamos todos como locos porque tenemos que estar aislados, sin poder salir de nuestras casas, o a una plaza, un parque, al cine. Diego vivía así. Él vivía encerrado, era una pandemia su vida. El pasaba horas y horas y horas de su vida encerrado y cuando salía se tenía que hacer todo un operativo para que la gente no lo acosara”, afirmó Leo Sucar, amigo cercano de Maradona.
En la cancha, era el Maradona que todos conocemos. Un Maradona indiscutible, pero en la vida era uno más, como nosotros. Con la gran diferencia de que tenía que vivir escondido, encerrado, aislado. Eso contribuyó a sus adicciones, fue una vía de escape”, recordó Sucar.
