Por ROGELIO RODRIGUEZ MENDOZA.
DIPUTADA HIPERACTIVA.- La tamaulipeca Olga Patricia Sosa Ruiz, está resultando una diputada bastante hiperactiva.
A menos de dos meses de iniciada la actual legislatura federal, la representante del Partido Encuentro Social, (PES), ha llevado cinco iniciativas a la tribuna parlamentaria.
Con ello, la tampiqueña seguramente superará con creces a otros coterráneos que han ocupado una curul como la suya.
Y al hecho hay que añadirle que no se trata de iniciativas “patito”, porque todas son propuestas que buscan resolver una problemática social muy seria.
Esta semana, por ejemplo, presentó una propuesta para endurecer el castigo a los gasolineros que roben a sus clientes, cobrándoles por “litros incompletos”.
Esperemos que la acción legislativa prospere porque, como dice Doña Olga, es un vil robo el que cometen las gasolineras.
SOÑADORES.- El tiempo se acorta y se vienen encima las fechas de las definiciones para aquellos diputados que quieren mantenerse otros tres años en su cargo.
Recordemos que en el 2019 los tamaulipecos iremos a las urnas para elegir a 36 nuevos diputados que integrarán la Sexagésima Cuarta Legislatura.
El asunto es que muchos de los actuales legisladores que sueñan con reelegirse se andan emboletando solos.
Su mayor mérito en la tribuna ha sido leer efemérides o apoyar las iniciativas de su bancada, por lo que uno no entiende qué le ofrecerían a los electores al momento de pedirles nuevamente su voto.
Ejemplos hay muchos, pero dos destacan : Ciro Hernández Arteaga, del Partido Acción Nacional, (PAN), y Juan Carlos Cordova, del Partido Revolucionario Institucional, (PRI).
Ambos son los más convencidos de que se merecen la reelección pero su historial legislativo es demasiado pobre.
PAVIMENTO DE ORO.- Durante décadas , la gran fuente de corrupción en los gobiernos ha sido el tema de la pavimentación de calles. Ha sido y es una mina de oro.
Muchos políticos , entre ellos por supuesto un buen número de alcaldes, aseguraron su futuro financiero haciendo negocio con el bacheo y la pavimentación de las avenidas.
Ha sido así porque ese tipo de obras son costosas, no dejan huella y son reciclables. Hoy se pavimenta una calle y a los tres meses hay que hacerlo de nuevo. Es un negocio redondo.
Le cuento de ello porque, en Ciudades como Victoria las calles están hechas un desastre y necesariamente tendrá que implementarse un programa emergente de repavimentación o bacheo.
Esperemos entonces dos cosas: una, que la nueva administración municipal acabe con esa mafia del asfalto, y dos, que impulse un programa de pavimentación con cemento hidráulico. El cemento hidráulico es mucho más costoso que el pavimento normal, pero la diferencia es que se trata de una inversión que aguantara mínimo 15 años.
Seguramente es algo que ocurre en todas las ciudades, pero en la Capital hay muchas calles que son rehabilitadas hasta dos veces por año y siguen intransitables por tanto hoyanco.
¿Por qué no les pondrán cemento hidráulico? Preguntaba con inocencia un vecino del sector.
—Se les acaba el negocio a los funcionarios municipales—le dije.
ASI ANDAN LAS COSAS.