Por ROGELIO RODRIGUEZ MENDOZA.
No sé si por decisión propia o como parte de una estrategia fraguada en Estados Unidos, pero la repentina oleada de migrantes hondureños que intenta usar a México como ruta hacia el llamado “sueño americano”, ha colocado al Gobierno mexicano en una especie de trampa letal. Cualquier decisión que tome respecto al conflicto lo coloca como perdedor.
Si permite que los más de tres mil centroamericanos ingresen a México y les da una visa de trabajo, como lo anunció Andrés Manuel López Obrador, se echará la soga al cuello porque estará abriendo la puerta a ciudadanos de otras naciones que están en iguales o peores condiciones que los hondureños.
Es así porque, júrelo que si la caravana de hondureños logra llegar a la frontera con Estados Unidos, pronto tendremos a nicaragüenses, salvadoreños, guatemaltecos, haitianos, cubanos y hasta venezolanos, esperando turno para entrar a México.
Pero igual, si el Gobierno mexicano impide el acceso de esos miles de migrantes,y los reprime con el uso de la fuerza policial o militar, se estará exhibiendo como una nación hipócrita , que se le pasa protestando por la violación de derechos humanos que sus connacionales sufren en Estados Unidos pero aquí hace lo mismo con centroamericanos y todos aquellos otros que buscan desesperadamente llegar a Estados Unidos.
Y le insisto: no sé si México se ha colocado voluntariamente en esta especie de trampa letal, o simplemente como sospechan muchos—con justificada razón—se está prestando a una estrategia mediática inducida desde el Gobierno de Estados Unidos, con el propósito central fortalecer la imagen de Donald Trump, en la víspera de una elección intermedia en la que existe un riesgo de que el partido Republicano, el mismo al que pertenece el Presidente, pierda el control de las cámaras legislativas.
El problema es que, si el Gobierno mexicano se prestó al montaje estadounidense, las consecuencias para nuestra nación podrían ser terribles.
Si la caravana hondureña logra su cometido de llegar a la frontera con Estados Unidos, resultará inevitable que su ejemplo sea retomado por ciudadanos de otras naciones que están en iguales o peores condiciones que los hondureños.
También me inquieta el anuncio del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, sobre otorgar visas , “a todos aquellos migrantes centroamericanos que quieran trabajar en México”.
¿Quién o qué garantiza que una vez con ese documento migratorio los centroamericanos no buscarán , ahora sí con más facilidad porque estarán legalmente amparados, llegar al vecino país?.
Honestamente me parece absurda la forma en que quienes nos gobernarán a partir del uno de diciembre pretenden frenar el flujo migratorio hacia Estados Unidos. Ojalá y no nos estén llevando al despeñadero como país.
ASI ANDAN LAS COSAS.