Por Rogelio Rodríguez Mendoza.
A casi cuatro años del fin de las restricciones por la pandemia del Covid-19, el Tribunal Electoral de Tamaulipas (TRIELTAM) continúa sesionando a puerta cerrada, sin presencia de público, y ahora su presidente, René Osiris Sánchez Rivas, asegura que el regreso a la presencialidad depende… de comprar cámaras nuevas.
El magistrado reconoció que el Tribunal no ha podido volver a sesionar de manera abierta y presencial porque no cuentan con el equipo tecnológico necesario.
“Las cámaras están en desuso”, justificó. Y aunque ya solicitaron una ampliación presupuestal a la Secretaría de Finanzas del Gobierno del Estado, hasta ahora no tienen respuesta ni fecha estimada para el cambio.
“Queremos regresar a la presencialidad, pero necesitamos renovar el equipo para hacer transmisiones de calidad”, dijo Sánchez Rivas. Mientras tanto, las sesiones del TRIELTAM se siguen realizando por videollamada, con cada magistrado conectado desde su computadora, y transmitidas en redes sociales.
La falta de sesiones presenciales no es un detalle menor. El Tribunal es la máxima autoridad electoral en el estado, y la opacidad en su funcionamiento atenta contra la transparencia y la rendición de cuentas que exige el proceso electoral en curso.
Aunque el magistrado afirma estar comprometido con la legalidad y con “transparentar el ejercicio jurisdiccional”, admite que no tienen “las condiciones tecnológicas” para hacerlo. Lo que tampoco tiene, sin embargo, es una explicación clara de por qué después de casi cuatro años no han gestionado antes una solución.
Sánchez Rivas quiso respaldarse en el ejemplo de la Suprema Corte y de tribunales federales que transmiten sus sesiones en tiempo real, pero omitió mencionar que, a diferencia del TRIELTAM, esos órganos sí lo hacen en salas públicas, con público presente y bajo estándares reales de apertura judicial.
El magistrado insiste en que regresarán las sesiones presenciales “cuando haya presupuesto”, pero el mensaje es claro: la transparencia está condicionada a una cámara… y a que Finanzas diga que sí.
Mientras tanto, el TRIELTAM se mantiene en la opacidad, en el mejor momento para no rendir cuentas.
