La sesión ordinaria del Congreso del Estado fue “reventada” por un grupo de activistas, que a gritos reprochaban a Morena el no haber respaldado una iniciativa del PAN, con la que se demandaba a la Fiscalía General de Justicia del Estado, (FGJE) agilizar la investigación de los hechos ocurridos el pasado 20 de noviembre, en Altamira, cuando fueron agredidos por funcionarios municipales que actuaron presuntamente por ordenes del alcalde, Armando Martínez Manríquez.
Apenas se desarrollaba el apartado de iniciativas y faltaba la etapa de aprobación de dictámenes y asuntos generales, pero el presidente de la mesa directiva, Eliphaleth Gómez Lozano, hizo uso de sus facultades legales para dar por terminada la sesión, argumentando falta de condiciones para continuar con los trabajos.
En tres ocasiones, el morenista había llamado al orden a los manifestantes, e incluso amenazó con ordenar al personal de seguridad que los desalojara del recinto, pero ni así le hicieron caso.
Ante ello, clausuró los trabajos, intensificando así los gritos de reproche de los activistas y los reclamos acalorados por parte de los diputados del PAN, quienes lo acusaban de extralimitarse en sus facultades y atribuciones.
Los hechos ocurrieron luego de que el Pleno negó dispensar el turno a comisiones de una iniciativa de punto de acuerdo, presentada por la diputada panista, Nancy Ruiz Martínez, con la que exhortaba a la FGJE y a la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción, a agilizar las indagatorias sobre el secuestro y golpiza que recibió el activista, Manuel Ángel Segura, el pasado 20 de noviembre en Altamira.
Además, demandaba protección policial para Segura.
Al no reunirse los votos necesarios, la iniciativa fue turnada a comisiones para ser dictaminada, lo que avivó el enojo de los manifestantes, quienes terminaron “reventando” la Plenaria.
“FUE EL ALCALDE”.
Previó al incidente que detonó la clausura anticipada de la sesión, Manuel Ángel Segura ya había interrumpido los trabajos parlamentarios, para exigir justicia por el presunto secuestro de que fue víctima por ordenes del alcalde de Altamira, Armando Martínez Manríquez.
Segura llegó al salón de Plenos acompañado de un grupo de habitantes de Altamira. Se instalaron en la zona de galerías donde colocaron dos mantas.
En una de ellas se leía: “El alcalde de Altamira, Armando N me mandó levantar por ejercer mi libertad de expresión”.
En la otra fue plasmada la leyenda: “En Altamira no existe la libertad de expresión. Levantan activistas y reporteros”.
Desde ese lugar, Segura narró, a gritos, que el pasado 20 de noviembre fue secuestrado durante más de 15 horas por ordenes del Presidente Municipal, por lo que demandó a los diputados su intervención para que se agilicen las investigaciones.
Dijo que, en el “levantón” y golpiza participaron el gerente de la Comapa, Luis Gerardo “N”, el director de comunicación social y otros funcionarios municipales.
Esa primer protesta ocurrió cuando la panista, Marina Edith Ramírez, leía una iniciativa en tribuna, por lo que la diputada de Morena, Gabriela Regalado, quien cubría una ausencia momentánea de Gómez Lozano, llamó al orden repetidas veces a los manifestantes, pero sin éxito.
Para calmar los ánimos, fue decretado un receso con el argumento de que era necesario que Ramírez entregara a todos los diputados una copia de su iniciativa, cuando en realidad se buscó calmar los ánimos de los manifestantes,
En entrevista, Segura detalló que los hechos en que fue golpeado y “levantado”, ocurrieron durante el festejo de la Revolución Mexicana, en la Laguna de Champayán.
Ese día, junto con otras personas colocaron unas lonas para denunciar los excesos del edil y el rezago que padece Altamira, por lo que, en respuesta fueron golpeados por los sujetos enviados por el alcalde, quienes además retiraron las mantas.
Minutos después, precisó, fue “levantado” durante casi 15 horas en que lo estuvieron “paseando” a bordo de una camioneta. Uno de sus agresores, insistió, fue Joel Gerardo “N”, gerente de la Comapa
“Todos esos hechos quedaron asentados en la denuncia. Estoy esperando que se me haga justicia. Este no es un tema político. Hoy me ocurrió a mi pero le puede suceder a cualquiera” indicó.
Dijo que desde el día de los hechos no regresa a su casa por temor a ser agredido nuevamente.
“No somos chapulines. Somos gente de trabajo. No venimos a pedir limosna. Venimos a pedir justicia”, gritaban los otros manifestantes.
“Somos de Morena, con trayectoria de izquierda. No somos un partido para que siga lo mismo”, expresaron.