En una cumbre reciente en Camp David, los líderes de Estados Unidos, Japón y Corea del Sur – Joe Biden, Fumio Kishida y Yoon Suk-yeol respectivamente – manifestaron su rechazo hacia el comportamiento considerado «peligroso» y «agresivo» de China en el Mar de la China Meridional.
El comunicado final del encuentro, denominado «el espíritu de Camp David», destacó con firmeza las acciones de Pekín en la mencionada región marítima, rica en recursos y en disputa con varios países, entre ellos Taiwán y Filipinas. Además, los líderes subrayaron la relevancia de mantener la «paz» y «estabilidad» en el estrecho de Taiwán, esencial para el comercio global.
China, aunque es el principal socio comercial de Japón y Corea del Sur, es visto por el gobierno de Biden como su competidor más fuerte en el escenario internacional. Recientemente, Biden firmó una medida que limita las inversiones estadounidenses en sectores tecnológicos de China, con el objetivo de proteger los avances tecnológicos de EE.UU.
Esta reunión en Camp David es notable por ser la primera de su tipo fuera de eventos multilaterales y enfatiza la importancia que Washington da a la alianza trilateral en pro de la estabilidad en la región de Asia-Pacífico.