Por Redacción Noticentro.
El pasado 15 de mayo, Erika, una joven madre de familia, fue despedida del Tribunal Electoral de Tamaulipas, (Trieltam), luego de haber denunciado el hostigamiento sexual que padecía por parte del magistrado presidente, Edgar Danés Rojas.
En entrevista, narra la pesadilla a la que se ha enfrentado desde entonces, no solamente por haber denunciado la agresión, sino también por el poder que tiene su hostigador.
Con coraje e impotencia, pero también con decepción del discurso oficial que condena falsamente el hostigamiento y acoso sexual, cuenta que decidió llevar su caso ante las instancias de justicia, por dos razones: una, porque quiere que se castigue a su agresor; y dos, porque hay otras víctimas que no se atreven a denunciar, y quiere ser su voz.
“Lo hago por mi, y por otras compañeras que sufrieron acoso en el Tribunal, pero que no quieren denunciar los hechos por temor a perder su empleo, cómo me pasó a mi. Y también porque saben que no recibirán el apoyo de ningún magistrado”, explica.
La denuncia de los hechos está contenida en la carpeta de investigación 1051/2023, radicada en la Fiscalía Especializada en la Investigación de Delitos contra Niñas, Niños y Adolescentes y Delitos contra las Mujeres por razones de Género.
“No tengo miedo, sé a qué me enfrento, a pesar de las advertencias que me hicieron otras compañeras no me voy a detener. No sé porque las demás se quedan calladas, pero yo quiero hacer valer mis derechos y espero que el gobernador Américo -Villarreal- intervenga”, relata.
¿Te ayudaron dentro del Tribunal ?
“No. sólo te re victimizan más”.
-¿A quiénes pediste ayuda?.
“A la magistrada Gloria -Reyna-, a Blanca (Hernández Rojas), a la Contralora -Perla Violeta Salinas Barrera-; ellas me dijeron que me iban ayudar para lograr la reinstalación en mi puesto, pero a la fecha, sigo sin trabajo”.
Y añade: “He ido a buscar a Blanca, y ya no me ha recibido. La Secretaria me dice que no está, que hable otro día, para que me de una cita. Pero ya en una ocasión hablé con ellas. Expuse mi caso, les entregué pruebas y les hice llegar un oficio de mi denuncia”.
“Estoy consciente a lo que me enfrento y sé que existe riesgo que este delito quede en la impunidad”, dice.
Por ello, no escatima en sus dudas, mientras su voz se quiebra.
-“No parece que se hayan denunciado estos hechos. Los magistrados y agentes del Ministerio Público tienen una actitud, que pareciera que lo encubren”, lamenta, aunque aclara que eso, en vez de desanimarla la anima a insistir en su exigencia de justicia.
“Por ello, decidí hacer público el caso. Todo lo relacionado con esta denuncia, los hechos y la forma como te tratan las instituciones de justicia, cuando eres víctima de un delito como éste. He tocado puertas. Pero al saber a quién estoy denunciando, se cierran” refiere.
Los pocos que la han escuchado solo la han revictimizado, como el resto de los magistrados del Trieltam.
“¡Imagínate!. Los magistrados -y magistradas- me decían, que porqué no denuncié antes esos hechos, ósea; ¿por no haberlo denunciado, era porque estaba de acuerdo?.
¿Eso no es una revictimización?. Las magistradas dicen que protegen los derechos de las mujeres… entonces, por qué no lo hacen”.
LOS HECHOS.
La joven explica que inicialmente era parte de la ponencia del magistrado, Edgar Danés Rojas, pero cuando este fue designado presidente, en noviembre del 2022 todo el equipo se fue con él.
Ahí empezó su calvario.
“Antes, cuando solo era un magistrado más nunca me faltó al respeto, nunca me insinuó nada… todo fue cuando tenía el cargo del Presidente”, relata.
Al pasar las semanas, iniciaron las insinuaciones; después llegaron las propuestas directas.
Incluso, le planteó ayudarla económicamente porque , es madre soltera y ha batallado para sacar adelante a sus hijos.
“Pensó que al hacerme esa propuesta. Iba a acceder a algo, pero cuando lo propuso, le dije que no. Le dije que no tenía la necesidad de alguien, que ahorita en mi vida estaba muy bien”.
“No fue una ocasión. Fueron varias veces las que insistió. Entre ellas en una ocasión que me dijo directamente. Mostré audios donde él me dice directamente los propósitos que tenía conmigo”, refiere.
Recuerdo que por no acceder a las pretensiones del magistrado presidente, en el mes de diciembre le fueron dificultando sus condiciones laborales.
“Era muy difícil e incómodo, lidiar con esa situación de acoso. Tenía mucho miedo”, narra conmovida.
NADIE LA AYUDO.
Desde que fue víctima de este delito, inició su camino para lograr la justicia.
Primero intento que la ayudaran en el mismo Trieltam.
“Pero nadie me escuchó, nadie me apoyó”, precisa al explicar que pidió apoyo a Perla Violeta Salinas Barrera, titular del Órgano interno Control del Tribunal Electoral del Estado de Tamaulipas pero estima que archivó su caso.
También acudió ante las magistradas Gloria Graciela Reyna Hagelsieb y Blanca Hernández Rojas, y con los magistrados Edgar Iván Arroyo Villarreal y René Osiris Sánchez Rivas, quienes solo la escucharon.
“Todos ellos actuaron como encubridores del acoso porque les di información, pruebas, y tampoco ellos denunciaron los hechos ante una autoridad”, acusa.
Las magistradas, que forman parte de organizaciones que defienden derechos y se han pronunciado en contra de la violencia a las mujeres y la violencia de género, no hicieron nada.
Pero el grado de encubrimiento entre autoridades fue más evidente cuando la Presidenta de la Comisión de los Derechos Humanos del Estado de Tamaulipas (CODEHT) Olivia Lemus, ordenó que no se diera seguimiento a la denuncia que interpuso la ex funcionaria del Trieltam y se archivó el caso.
¿Qué te dijeron en Derechos Humanos?
“Nada. Me recibieron la queja. Fui una semana después y me dijeron que estaban analizando la denuncia. Pero no está registrada. Pensé que iba a recibir apoyo de Derechos Humanos, pero no fue así”, se queja.
También la Contraloría del Gobierno del Estado encubre el caso. Nadie quiso mover un dedo por iniciativa, para dar seguimiento a la investigación, lo cual echa por tierra los discursos de la Contralora, Norma Angélica Pedraza Melo.
Tampoco se han hecho ver, los que diseñaron los nuevos modelos para combatir el hostigamiento sexual y hasta difundieron pomposamente el Código de Ética desde la Contraloría de Gobierno. Todos han dejado sola a Erika.
Pese a la gravedad del caso, la Contralora cerró los ojos ante los hechos que, no solo existe en el gobierno del Estado, también en el Trieltam, asegura Erika, “porque es una jurisdicción diferente”.
-A mí me despiden el quince de mayo (del 2023) y a partir del 19 de mayo interpongo la denuncia en la FENNAM. Al conocer los hechos y cuando se formalizó la carpeta de investigación, la Agente del Ministerio Público se sorprendió al ver las pruebas que presenté y me dijo: “¡Cómo puede haber hombres así!”.
Sin embargo, semanas después, cuando buscó a la Fiscal para conocer avances de la investigación, y saber qué tratamiento jurídico tiene su denuncia, “encontré a una Ministerio Público completamente cambiada, evasiva a mis preguntas. Sentí que ignoró mi caso”.
Pero a pesar que ha enfrentado condiciones adversas para que se le haga justicia, espera ser reinstalada en su puesto y que se proceda de acuerdo a derecho.
Al respecto hace una advertencia: “ya no guardaré silencio. Tengo con qué demostrar lo que viví. Lo hago por mí, y por otras mujeres que están sufriendo lo mismo y que callan por temor”.