PASADENA.
Es agradable, es sexy, es de sonrisa fácil. Pero al mismo tiempo, Catherine Zeta-Jones denota una enorme fuerza interior. Sin embargo, afirma que es igual a toda mujer: tiene momentos de inseguridad, instantes en los que se siente vulnerable, pero al mismo tiempo indica que su fuerza la obtiene de su familia.
“Soy como cualquiera. Muchas cosas suceden en un solo cuerpo, ¿sabes? Y sí, trato de infundir en mi hija y en mí un sentido de fuerza y poder, y de ser fiel a ti y a tu palabra. Esos son los valores que mi madre me enseñó. Pero por supuesto hay vulnerabilidades. Hay inseguridades como todas las mujeres.
“Soy una madre trabajadora. Tengo todas esas inseguridades, pero cuando soy fuerte y creo en algo, definitivamente creo en algo. Y creo que viniendo de donde vengo, Gales, se necesita cierto tipo de resistencia para soportar los golpes y seguir luchando”, comentó.
De hecho, casi pierde el apetito por actuar. Su último proyecto en el cine fue Dad’s Army y apenas el año pasado debutó en la televisión con un papel especial en la serie Feud. Pero Zeta-Jones asegura que para ella, interpretar a la reina de la cocaína revitalizó su carrera.
La actriz ya obtuvo un premio de la Academia por su interpretación de la escandalosa Velma Kelly en la adaptación cinematográfica del musical de Broadway, Chicago. También fue nominada para un Globo de Oro y se llevó a casa el Critic’s Choice Award, un Screen Actors Guild Award y el Premio BAFTA a la Mejor Actriz de Reparto por dicha interpretación.
También ganó el Premio Tony como Actriz Principal en un Musical por su debut en Broadway en el espectáculo A Little Night Music, de Stephen Sondheim, en la que interpretó a la actriz Desiree Armfeldt.
Ahora, la galesa es la protagonista de Griselda: La reina de la cocaína (Cocaine Godmother), película para el canal Lifetime dirigida por el mexicano Guillermo Navarro. En ella interpreta a la colombiana Griselda Blanco, conocida como La Madrina, una de las más poderosas narcotraficantes en las décadas de los 70 y 80.
“No me alejé de la actuación, quizá mi emoción por hacerlo se había apagado. Una vez que dejas de sentir mariposas en el estómago estás acabado, y cuando me llegaba algo, simplemente decía: ok, lo haré y no se trata de dinero, nunca ha sido por eso. Cuando algo no me gusta no lo hago.
“Pero llegó Griselda y con ella, el miedo, la pasión, las ganas, el enamorarme otra vez de la actuación. Antes pensaba en hacer las cosas en casa, pero necesitaba algo así. Estuve en Broadway y gané un Tony, lo siento. Pero no hay nada mejor que tener tu mojo de regreso, es pensar que por eso estoy aquí”, dijo a distintos medios de comunicación de Latinoamérica.
Zeta-Jones señala que ser actriz requiere más fortaleza de la que cualquiera pudiera pensar. Afirma que es una carrera de resistencia.
“Esto no es para los despreocupados. Es un asunto de ser golpeado, de dar golpes, de estar expuesto públicamente de maneras que no necesariamente piensas que son correctas o verdaderas. O hay una idea previa tuya que está completamente equivocada. Sin embargo, si eres fuerte y eres fiel a ti mismo y sigues apareciendo lo puedes lograr.
“Tienes que luchar contra las tormentas, ¿sabes?. Así que me siento muy bendecida de tener una familia muy unida a mi alrededor que me apoya mucho. Algunas personas no son tan afortunadas como yo en eso; también tengo amigos y grandes actores que me apoyan a través de esos momentos en proyectos donde te expones a ti mismo”, indicó.
Griselda: la reina de la cocaína, que se estrena mañana a las 22:00 horas por Lifetime, cuenta la historia de Griselda Blanco, la narcotraficante colombiana más reconocida en el mundo de las drogas, que de manera poderosa y despiadada manejó el tráfico de cocaína en Estados Unidos.
“Ésta es una historia fantástica para contar en especial en este canal, porque es algo distinto. Griselda fue una verdadera fuerza de la naturaleza. Es real, es una historia verdadera, oscura, peligrosa. Es otra forma de ver a la mujer. Fue liberador interpretarla. Quería estar dentro de ella, no ser un personaje nada más. Quería ser ella. A ella no le importaba el glamour. Siempre tuvo un gran sentido del humor”, finalizó.