GUATEMALA.
«He decidido allanarme a la solicitud formal de extradición presentada por el gobierno de México en relación a los delitos federales de operaciones con recursos de procedencia ilícita y delincuencia organizada ya que no cometí tales delitos y es mi deseo así acreditarlo ante el poder judicial de la federación de mi país”.
De esta forma, el ex gobernador de Veracruz, Javier Duarte, aceptó entregarse a la justicia mexicana para rendir cuentas respecto al desvío indebido de recursos cometido presuntamente durante su admiración.
La decisión de Duarte se emitió luego de que la fiscalía guatemalteca consideró procedente su extradición a México, al acreditarse la presunta participación del político priista en empresas fachada para triangular recursos públicos.
Es importante que se tome en consideración que ninguno de los cargos que han motivado este pedido de extradición tiene naturaleza de delitos políticos y ni tienen conexión con los mismos», comentó José Galdamez, fiscal de Guatemala.
No obstante, la defensa rechazó que Duarte haya participado en la compraventa ilegal de 21 parcelas que fueron pagadas con dinero del erario veracruzano depositado presumiblemente a cuentas de los prestanombres de su cliente.
La solicitud formal de extradición adolece de muchos requisitos realmente para que tenga una sustentación», comentó Carlos Velázquez Domínguez, abogado defensor.
Ahora que Duarte de Ochoa aceptó ser extraditado a México, correrán algunos días más para que pise suelo mexicano, mientras tanto permanecerá recluido en el penal militar de Matamoros.
A su salida de los tribunales, la población penitenciaria dirigió insultos al exgobernador como ladrón y recordatorios familiares.
Antes, Duarte pasó del «sin comentarios» a una poco comprensible declaración.
Paciencia, prudencia, ciencia», dijo.