Por ROGELIO RODRIGUEZ MENDOZA.
“Diciembre me gusto pa´ que te vayas”, reza la letra de una de las más famosas canciones del desaparecido compositor, José Alfredo Jiménez, ídolo de pasadas y presentes generaciones.
Pues bien, parodiando a Don José Alfredo, habría que aplicarle y ajustarle el texto a la clase política gobernante que, a partir del último día del noveno mes del año , dejara sus encargos para darle paso a la alternancia política.
“Septiembre me gusto pa´ que te vayas” , les diríamos a los todavía gobernantes en el ámbito estatal y municipal.
Y es que , más allá de que se les vence un ciclo Constitucional de gobierno, para muchos de ellos la despedida no es solo de su cargo sino también del sistema en lo general. La mayoría no tendrá cabida en ningún espacio de gobierno.
Así lo decidieron los cerca de 720 mil tamaulipecos, que el pasado cinco de junio, en las urnas, votaron para que, luego de 86 años, el PRI dejara el poder en casi la mitad de los 43 municipios y en los Poderes Ejecutivo y Legislativo.
Septiembre será entonces el mes de las despedidas. A lo largo de esos 30 días, los alcaldes tamaulipecos y el mismo Gobernador, Egidio Torre Cantú, agendarán su último informe de labores.
Seguramente muchos quisieran obviar ese momento pero la Constitución los obliga y los deja sin escapatoria.
Para la gran mayoría de la clase gobernante será un martirio tener que enfrentar a sus gobernados, por dos razones: una, por la melancolía y el dolor inevitable que genera toda despedida (y más cuando la despedida significa la pérdida del poder político y económico) , y dos, por el rechazo social que muchos de ellos enfrentan debido al pésimo Gobierno que ejercieron.
Por eso le puedo asegurar que, si en sus manos estuviera, bastantes de los alcaldes preferirían obviar el trámite.
Pero no tienen alternativa: deberán subir al estrado para informarle al pueblo lo que hicieron en los últimos nueve meses de su mandato, aunque, la verdad sea dicha, hay un buen número de ellos que en realidad no hicieron mucho.
Toda despedida es dolorosa, pero para los priistas que dejan el poder ese dolor se potencia porque, como le decía al inicio, a diferencia de lo que ocurría en otros sexenios o trienios, cuando antes de dejar una oficina ya los esperaba otra, las posibilidades de mantenerse dentro del sistema de gobierno son escasísimas.
Eso es lo que más les lastima.
Por lo demás, ojalá que la nueva clase gobernante que iniciara su ejercicio el uno de octubre, aprenda de la experiencia que enfrentan los que se van. Deben tener claro que , en su momento, les tocara el turno de enfrentar esa realidad.
Luego entonces, de lo que hagan o dejen de hacer durante sus mandatos, será el tamaño de la amargura que tendrá la despedida a la que se enfrentarán al término de su ejercicio. De ellos dependerá que la despedida solo sea de su encargo y no de todo el sistema político.
EL RESTO.
UNA PREGUNTA : ¿Realmente sirven de algo las reuniones semanales del Grupo de Coordinación Tamaulipas?.
La interrogante se plantea porque, mientras los funcionarios de los tres órdenes de Gobierno intercambian cifras y estrategias, en las calles la violencia delincuencial no cesa.
ASI ANDAN LAS COSAS.
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